– Buenos días.
– Buenos días.
– ¡Cuánta gente! ¿Siempre es así, señora?
– Sí, hijo. El doctor es un capo tratando todo tipo de enfermedades de encías. Por eso vienen muchas personas con cita o sin ella. Lo bueno es que tarde o temprano el doctor siempre atiende a todos los pacientes. A mi vecina que tenía todos los dientes movidos, se los arregló perfectamente. Varios dentistas le habían dicho que no tenía solución y que había que extraérselos todos, pero ella no quería. Vino a la clínica del doctor Padilla y le hizo una serie de tratamientos y allí está. Feliz con sus dientes, sonriendo de oreja a oreja con sus amigas del Country Club.
– Ya veo.
– Sacar cita con el doctor es difícil porque además del consultorio trabaja enseñando en la universidad y viaja por el mundo dando conferencias. Acaba de venir de Estados Unidos.
– Sí, eso lo sé. Soy representante médico y he escuchado del prestigio del doctor Padilla. Ojalá me pueda recibir.
– Ojalá, hijo, porque como vez tiene a bastantes personas esperando.
En efecto. En la sala de espera del doctor Padilla había muchas personas esperando. La secretaria del doctor le ha comunicado al visitador que si desea que lo atienda tendrá que esperar hasta que termine con todos sus pacientes.
– Mejor regreso en 3 horas, señorita.
– Mejor vuelva en 5. Pienso que a esa hora lo podrá atender.
Como lo prometió, el visitador médico regresa a la hora indicada.
– Has tenido suerte porque el doctor está a punto de terminar con su último paciente y está apurado por irse. Te pido que no lo hagas demorar porque tiene que dar una conferencia.
– No se preocupe señorita soy seguidor de las tres C: claro, conciso y concreto.
– Jajaja qué gracioso. Pasa adelante por favor.
Es así que ni bien salía el último paciente el visitador ingresa a la oficina del doctor Padilla.
– Buenas noches, doctor Padilla, soy Hugo Lamas representante del laboratorio ROCHESTER; me han asignado a esta zona de la ciudad. Es un placer conocerlo. No quiero quitarle mucho tiempo.
– Buenas noches. Tome asiento por favor. Dígame.
– Hugo toma asiento y va directo al asunto. Doctor Padilla, nuestro laboratorio acaba de lanzar un nuevo analgésico a nivel mundial, especial para dolores post operatorios, se llama CONTRALGIA. Ya lo están utilizando muchos periodoncistas con gran éxito en Estados Unidos y Europa. Aquí le entrego toda la literatura que respalda lo que le comento. Ahora queremos que los odontólogos en el Perú también puedan ser beneficiados con este excelente producto. Aquí le dejo algunas muestras para que las utilice.
– Muchas gracias.
– Doctor. ¿Qué analgésico utiliza usted para post operatorios?
– SINTALGIA.
– ¿y cómo le va?
– Me va bien. Estoy contento con los resultados.
– Qué bien, doctor. Doctor, nuestro laboratorio desea que sus pacientes tengan la satisfacción de tener un post operatorio sin dolor. Tengo entendido que las operaciones de encías son algo cruentas a veces y que se necesita de un buen analgésico que haga llevadero el trauma operatorio. Mire, doctor. Por encargo de nuestro gerente general le quiero comunicar algo. Pero antes de decirle quería hacerle una pregunta. ¿Tiene usted familia?
– Tengo tres hijos en edad escolar y una esposa preciosa, reina de belleza.
– Jajaja qué suerte, doctor. Mire lo que quería decirle es que usted ha sido elegido por nuestra compañía para entregarle un tour a DISNEYLANDIA con su bella esposa e hijos con todos los gastos pagados si prescribe nuestro analgésico CONTRALGIA por un año a todos sus pacientes que necesiten analgésicos y lo recomienda a sus alumnos en la universidad.
El doctor Padilla al escuchar a Hugo mira con cariño una foto familiar que tiene en su escritorio.
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